28 dic 2010

SEÑORITA

Ultimamente mi corazón va dando tumbos como un ciego en una discoteca. Hoy he caminado por el "Húmedo" como siempre con la mirada baja y la moral alta, y entonces nos hemos cruzado. Aunque me falla la vista una barbaridad y veo menos que un gato de escayola, te he reconocido en seguida. Sigues teniendo esa cara de aristócrata francesa, barbilla de actriz de los 60 y coloretes de Heidi... y como no, tus pechos estaban justo como yo les recordaba, imparables, apuntando al frente; siempre lo he dicho, podrias asaltar diligencias con esos pechos.
Al verte tan guapa me he sentido ridículo y minúsculo, con mi ropa pasada de moda y estas entradas cada vez más prominentes en mi habitual cara de niño. Y es que de verdad estabas estupenda. Todos nuestros conocidos dicen que éramos una gran pareja. Tonterias, si realmente lo fuéramos seguiriamos juntos, como Bogart y Bacall, como Mister Potato y la calvicie. Por eso despues de ver tus buenos modales y tus palabras de cortesia me he sentido mareado, desnudo y estúpido, a punto de llorar delante del edificio de Correos. Nunca supiste que era tan fragil como un hilo de araña en una autopista.
Si tuviese el valor suficiente, si ese Dios que nos separó hubiera empleado menos costillas de barro y más coraje, ahora estaría volando desde una de las torres de la Catedral. Pero no, soy demasiado cobarde y seguiré bebiendo tus recuerdos en batidos de amargura.


20 dic 2010

COCA EN SALAMANCA

El miércoles mi amigo Coca va a efectuar una gira relámpago por Charrajevo, previamente se fue por Europa con la moral alta y las ilusiones e incertidumbres del que se va a pelear con alguien. Siempre le imaginé caminando por Madrid arrastrando los pies camino del trabajo triste como el avión de regreso y saliendo despedido del curro alegre como el avión de partida. Como es mi amigo sé que no se va a mosquear por que yo escriba estas cosas aquí. Esa es de las cosas que diferencian a una persona de las otras. Un amigo no es aquel del que sabes todo, ni con el que te sinceras de la hostia ni chorradas varias. De un amigo sabes (más o menos) lo que le jode y lo que no. Punto. Si le jodes es tu problema. Además tampoco es tan chungo explicar lo que se siente cuando tu mejor amigo se va a Lituania y se convierte en la persona más bajita del país. Pues te jode, y eso es todo.
Es un tipo inteligente, informal, descarado, que no suele dejar indiferente a nadie y la persona más ágil mentalmente que he conocido, el puto Woody Allen de las frases ingeniosas., la enciclopedia Simpson de las escenas caústicas. Sigue en plantilla porque algún día le voy a pedir que sea el guionista de mi vida, puesto que ya lleva varios años desordenándola. Si un tipo así no encuentra curro en este país es por que esto definitiva, definitivamente se va al carajo.
Así que la noche del 22 y del 23, vamos a intentar acabar con nuestro hígado antes del cataclismo existencial que la visita navideña a las respectivas familias en León puede suponer. Y es que sospecho que somos unos virtuosos del ron, unos superdotados de la fiesta, igual que hay niños prodigio que lo son del violín o del piano. Lógicamente todo esto no se lo diré a él, porque nosotros somos tíos duros, cazurros, heterosexuales, sin tiempo para ñoñerías y sensibilidades las justitas y anestesiadas por la excusa del alcohol, que si no son cosas de niñas que diría mi madre. Así que cuando le vea le daré un golpecito en el hombro de trámite y compartiremos copas y barras y cerraremos los peores antros (como el Ministerio de Sanidad) que son los que tienen el horario más compatible con el nuestro, y nos rifaremos a las chicas de miradas cálidas y cuerpos bonitos solo por el gustazo de competir en plan macho alfa por ser más majo que el otro, y volveremos a casa y la única cita que habremos logrado para el día siguiente será con dos resacas monumentales, pero hablaremos en plan: “hostiaaa!!! Como estaba la rubiazaaa tio!!!, ayyyyy Omá que ricaaaaa!!!!!.
Y así entre mucha autocomplacencia, y mucho bla,bla,bla y algún viaje por Europa y varios proyectos y un surtido de quejas variadas y muchas risas; la vida se nos va pasando.


16 dic 2010

DEFENESTRANDO MAÑANAS

Cagonlaputa!! Me he quedado sin Internet!! Así que en espera de que el viernes venga Dimas a piratear una de las múltiples redes que se pillan en casa, me he tenido que venir hasta la Casa de las Conchas y pedir un ratín de ciberconexión. Aprovechando que estoy de tarde, me he levantado temprano,( las 11 y media) y he pisado la calle, con cara de “tengo un mogollón de cosas que hacer así que no me molesteís ni me interrumpaís que estoy superliado con mis cosas mega-importantes”. He caminado por Melendez con paso firme, adoptando la pose del que va, por lo menos, camino de desactivar una bomba en el dormitorio de la chica morena de rizos del quinto 11.
Luego, desactivar, lo que se dice desactivar, pues he desactivado más bien poco. Incluso he tomado café en el Alcaraván y lo hacía como si tuviera prisa. Maldito idiota.
También me pasa que cuando vengo a la biblioteca a ver el correo y a escribir alguna chorrada como ésta, pongo caras. Digo cuarenta y cinco minutos de internet, por favor... y me sale la cara de escritor de best-sellers agobiado por los plazos de entrega que impone su editor y al que se le ha jodido la conexión Wifi de su apartamento y baja a buscar el ciber más cercano a fin de poder enviar su último y transcendental capítulo titulado "martinis en Capri".
La verdad, esta última cara me aburre. Ahora estoy perfeccionando la de articulista de culto agobiado por los plazos de entrega que impone su editor y que vive en una cutre pensión sin adsl después de que su novia, cantante de jazz en un cabaret y alcohólica, se bebiese una botella de bourbon y le pusiera de patitas en la calle, con lo cual acude a la Casa de las Conchas para enviar su último y transcendental artículo titulado "Adoro los haikus" Si, soy consciente de que hago mogollón de estupideces. No sé si le pasa a todo el mundo o soy yo que las pienso demasiado y actúo como un deficiente. Igual la gente las piensa y no las hace o las hace sin pensar. No sé si tengo remedio o soy un imbécil profundo. Sospecho que esto último.
Hay una chica preciosa en la terminal 3 y yo solo puedo pensar en el mono que tengo de un cigarrillo, pero me gusta la idea de que me vea teclear con aire interesante, afuera está lloviendo y me da igual: que llueva, que llueva y que le pille a la virgen fuera de la cueva, que dentro bastante tengo con intentar mantener mis planes abrigaditos y la cabeza fría y arroparme el alma con la mantita de los sueños, que ya oigo al invierno dando tumbos en el portal borracho y desorientado buscando el timbre.

12 dic 2010

LA ESPÍA QUE ME AMÓ

Parece increible, pero hay una rubia durmiendo en el colchón intentando dominar sus sueños y alejándome un poquito más de los míos, así que me levanto despacito para no despertarla y voy a la nevera que está tan llena de nada como habitualmente. Bebo agua cogiendo la botella por el cuello como los polis americanos neuróticos hacen con la leche. Este horario a turnos de levantarme a las 2 de la tarde me ha llevado a que el insomnio y Woody Allen se hayan convertido en mis mejores amigos, de los pocos que me aguantan.Me tumbo en el sofá que se transforma en un potro de tortura donde sopeso mi vida. Me enciendo un cigarro mientras pienso que este apartamento lleva años suplicando una mano de pintura, que este blanco evolucionado a un amarillo nicotina no le sienta bien. Apago el cigarrillo en las copas sucias de la fiesta y vago sin gafas por la casa, arrastrándome como un alma en pena por el parquet. Llego a la ventana y me infiltro por las cortinas como un espía que tuviera una misión y dejo vagar la mirada por las calles vacías y húmedas. Me imagino que los hombrecillos verdes y rojo del semáforo se han deslizado por el poste y ahora están sentados en sendas cajetillas de camel jugando a las cartas entre ellos, con sus rostros impasibles como de gansters de los años 30, fumando con una mueca de desprecio en los labios y el entrecejo arqueado. Cuando oyen llegar al camión de la basura recogen las cartas y suben por el tronco del semáforo con rapidez, justo a tiempo, 4 segundos más y les pillan los basureros municipales. Frecuentemente la miopía juega conmigo y yo tocado por los tentáculos del miedo y la imaginación (Manolo me dijo hace poco que iban unidos) me dejo llevar por el subrealismo de estas imágenes nocturnas e irreales. Pero claro para los miopes, las viñetas irreales no están tan claras como para el resto del mundo.
Regreso a la cama. Está preciosa con su camiseta de tirantes, me recuerda a una estrella de cine, sigue agitándose y ronroneando, ajena a la fascinación que me produce, sigue peleando por cambiar el argumento de sus sueños. Hubo un tiempo en el que me hubiera encantado formar parte de ese argumento y que sus sueños giraran en torno a mi. Pero el paso del tiempo, el cumplimiento paulatino de sus sueños de colegio de pago y su creciente indiferencia me han puesto en el lugar que me corresponde. Mañana sonreiré igual, e intentaré olvidarme de que emotivamente podrían declararnos zona catastrófica. Me meto entre las sábanas con cuidado para no despertarla, y en ese momento su mano me toca inconscientemente en sueños y con ese gesto sé que al menos esta noche le gano la partida al insomnio

7 dic 2010

HAZAÑAS BÉLICAS

Estamos en “la charca”, solemos llamar “la charca” al Atahualpa porque hubo un tiempo en el cual la media de edad era bastante superior a la nuestra, y ese era el lugar donde iban las gacelas cojas a beber, las gacelas cojas eran ese tipo de mujeres con la edad y la cantidad de alcohol adecuada como para dejarse caer, generalmente en manada, por un lugar así. Mario afirmaba que enfrente nos tenían a nosotros: los leones desdentados, que en lugar de comérnoslas las babeábamos. En aquel entonces todavía teníamos ganas de hacer bromas sobre la edad.
La música no es mala y me quedan unos 30 euros aburriéndose en la cartera que me suplican que les cambie por más copas. Mañana no trabajo, lo que significa que ninguna obligación me puede desviar de mí mismo, de mi habitual egoísmo. Una chica me sonríe (o eso me creo, a estas alturas de la noche cuesta más de lo habitual distinguir entre espejismos y esperanzas) y esa sonrisa es como si el Maine acabara de volar por los aires: toda una declaración de guerra. Así que me acerco y empezamos a hablar. Le cuento lo de Noelia y ella lo del gilipollas de su padre, podría subir la apuesta, pero aún no sé que mano llevo. El suspense está ahí, la tensión está ahí, la chispa está ahí, todo está ahí menos lo imprevisible. Estamos a 13 minutos de caernos mal A estas alturas tengo un Waterloo en mi entrepierna, y le acabo de dar mi facebook, así que pruebo a haber algún avance en forma de susurros cerquita de la curva de su cuello, miradas, sonrisas a tiempo, gestos… intento ganar terreno como un soldado de la primera guerra mundial, bayoneta en mano saltando de una trinchera. Siento que sus labios me invitan, pero antes de que pueda fijar las coordenadas, y mientras pienso que su estúpida perorata está interrumpiendo mi monólogo interior la oigo decir:“ sé lo que estás pensando”, “por supuesto que no tienes ni puta idea de en que estoy pensando” pienso yo. “estás pensando en que ojala gane el PP”:replica ella sonriendo En realidad estoy pensando en lo mucho que me gustaría llevármela a mi casa “más o menos" respondo. Pero en el fondo sé que esas 9 palabras son las que separan el antes y el después. La culpa es mía, de mi camisa de marca y de mi pinta de chico convencional que la han llevado erróneamente a pensar que soy un facha. Yo que me puse el pendiente en la ceja en un vano intento por parecer un chico malo y salvaje… la miro incrédulo, negándome a asimilar tanta estupidez, y la respondo de la forma más cruel y sarcástica que puedo. Ella tampoco se corta ni un pelo. Es un puto Trafalgar del ligue. La veo irse, regreso cautivo y desarmado con Juanjo y Dimas que siguen indiferentes, embarcados en una de esas conversaciones banales que tanto nos gustan, y compruebo por enésima vez que aquí, borracho con mis amigos, es donde más a gusto y más auténtico me siento, siempre entre los damnificados de la noche, siempre entre los últimos en irnos. No es mal sitio para vivir: entre amigos o entre los primeros acordes de esto:

1 dic 2010

ALIGERANDO EQUIPAJE

Todo el puto día sin saber a que aferrarme para no caer en las garras de la angustia y la mala uva. Imagino que es jodido apartar las cosas que son de uno mismo, el caso es que esto me va a costar la cordura. La tarde ha sido extenuante, de aguantar idiotas en el trabajo y en la vida, de discutir con subnormales que tras mucho gesticular y rasgarse las vestiduras terminaban dándome la razón, con un hilo musical digno de una residencia de ancianos vomitando temas infrahumanos de Amaral y de Bisbal y con la desagradable gente con la que he tenido la desgracia de compartir mis horas laborales sin aportar nada nuevo. El lugar donde desperdicio mis días está a las afueras, y tiene algo de paisaje industrial románticamente feo, casi apocalíptico. Si entras ya se te desangra el buen gusto. Anochece, tiro la basura y me enciendo un cigarro y noto de nuevo una angustia antigua que se me clava en la boca del estómago. Una llamada al móvil me saca de mi hipocondría, la propuesta es ir a ver el partido y tomar unas cañas, me repugna el 80% de la gente que me rodea y el 90% de los planes absurdos que me proponen, a la vez me fascina tanta estupidez junta, es raro. Me invento una excusa para rechazar la propuesta. Regreso a casa por una Avenida de Mirat vacía, todo el mundo está viendo el fútbol, pero de repente comienza a nevar, muy flojito, solo para mí, el resto del mundo está atento a los goles mientras Salamanca me muestra una de las mejores escenas que he visto. Cambio la música del Mp3 y elijo algo del siglo pasado, mientras pienso que Bjork siempre me ha parecido una esquimala que da gritos que la hacen parecer medio subnormal.
Nieva despacito y decido que el resto de mis miserias me la traen floja esta noche


23 nov 2010

VACACIONES DE OTOÑO

Los camiones se deslizan por Álvaro Gil, circulan rugiendo por la recta jungla de asfalto, son de un blanco enfermizo. Un blanco que parece contagiar a las gentes de la zona, a esos pobres diablos que ahora dormitan sin soñar entre sus 4 paredes. Y mientras los camiones rodantes avanzan como una plaga y se extienden por la ciudad con su carga, yo, en mi triste apartamento, me lamento por tener que empezar mañana a trabajar de nuevo. Otras vacaciones pasadas a la sombra de la mediocridad, sin hacer lo que realmente me apetecía. Otras vacaciones que se escapan de las manos, del tiempo y para rematar la jugada sin ni siquiera haber aprovechado mi último día.
Estudiantes que regresan gritando y haciendo eses, señal de que se acabó el alcohol y se acabó la noche, Yo me cago en su puta madre, mitad por envidia, mitad por pagar mi frustración con alguien. Mañana me toca incorporarme otra vez a mi rueda cotidiana, a mi miseria particular. A las 7 de la mañana pararé el despertador de un manotazo, me pondré en pié con dificultad y mientras el agua tibia de la ducha resbale por mi piel me odiaré por no intentar cambiar esta vida que tanto agobio me causa, esta vida que ,en noches así, siento que me acaricia con cuchillas de afeitar oxidadas…


14 nov 2010

N

Había una vez una niña con 4 ojos y dos piernas y 3 manos y 6 relojes, y tenia una hermana y una piscina en la azotea. Y si abrías las ventanas de su corazón veías 4 años perdidos al fondo de su aorta. Y 2 mariposas azules le salían sobre la nariz, y te miraban por dentro y te veían. Te veían de verdad.
La niña de los 4 ojos y las 3 manos y la azotea y todo lo demás se llamaba Noelia y nació un día de Noviembre más bonito que el huerto de Calixto en otoño. Sabía poner una sonrisa de punto y seguido a las historias y un par de carcajadas en el café cortado por si más adelante el día se ponía peliagudo. Noelia y yo nos conocimos una noche oscura de verano, de linternas y de botellas en el suelo. Ella me llevó a ver la ciudad donde vivían las princesas francesas y también me enseñó a comer calabacines. Noelia y yo hemos viajado y nos hemos reído el uno del otro, nos hemos sostenido los tonos más graves y hemos bailado. La niña de las múltiples manos y los 6 relojes es probablemente lo más bonito que queda en mi vida, que también tiene varios años sucios y llenos de polvo. Por todo estas cosas y por alguna más nunca dejaré de darla abrazos a destiempo y de intentar sacarla de sus casillas y de gritarle gracias a base de letras y espacios en blanco.
Noelia tiene esta tarde lánguida de domingo 34 finales de siglo prendidos entre los dientes.
Felicidades None, y que sigan lloviéndote Noviembres. Yo me ocupo de eso.


13 nov 2010

VENDIENDO HUMO A COMISIÓN

Para dinamitarte el corazón no hay nada como el explosivo plástico de una verdad en el momento adecuado. Un buen “Zas!, en toda la boca”.Lo sé por experiencia.
La situación es la siguiente: Centenera, más allá de las 4 de la madrugada, dejo caer la mirada por los ojos que me rodean, me gusta, mirar a las chicas, supongo que es una forma de cerciorarme de que aún no he dejado de ser un post-adolescente y de que aún puedo resultar medianamente atractivo para alguien, me mola mil que dentro de ese pequeño mundo alguien me mire tiernamente como a un tonto y que esa mirada me dé la clave para intentar querer una vez más.
Unas palabras y una sonrisa me la presentan, no hay 2 besos de rigor, no me gustan las cosas convencionales, la conversación surge naturalmente, promete, es augurio de algo diferente. Igual ahí está el error, que en lugar de verme embarcado en un duelo de esgrima verbal debería haberla propuesto ir a mi casa a enseñarle mi biblioteca y acariciar juntos la firma de García Marquez o de Neruda, y dejar caer una caricia indolente al tiempo que un susurro actúa de heraldo y anuncia mis ganas de comer esa boca, de pegar un polvo. Así que cuando veo que sus amigas la avisan de que se van y ella hace un ademán de duda se lo digo, no con esas palabras, con otras: más retóricas, más pedantes, más vendedor de humo. Con palabras que simulan la necesidad que tengo de fundirme en un abrazo. Ella se hecha a reír:
-“Tú eres un poquito idiota no?”
Y se va, y me deja planteándome si tiene razón, que igual ese es el problema, que soy un poquito idiota, al menos en medio del Centenera, con las luces encendidas rompiendo la magia, con la estúpida canción de la bola de cristal poniendo banda sonora a mi fracaso, es como me siento. Tengo la sensación de otra batalla perdida contra el mundo.



9 nov 2010

CAPAZ DE LO MEJOR Y DE LO PEOR

En Salamanca la gente de fuera abundamos, por eso no suponemos para la gente de aquí ninguna novedad, ni les suscitamos curiosidad alguna. La primera vez que salí recuerdo una gran amplitud de género femenino, lo que me inoculó el falso presagio de un glorioso futuro sexual. 6 años más tarde y con una soledad mayor, confirmo que no fue así. None y yo teníamos la teoría de que en Salamanca se ligaba un montón. Debe ser cierto, aunque generalmente Salamanca no te proporciona la satisfacción personal de la conquista. Puedes haber flirteado con una chica cada fin de semana de Octubre, pero llegas a fin de mes con el mismo extraño sentimiento de vacío de siempre. Igual no es cuestión de la ciudad, igual es lo mismo que en todos lados, igual es culpa mía ese agujero negro de la realización amorosa,
Pero Salamanca tiene un punto mas impredecible, es como si tuviese personalidad propia, Salamanca inquieta en ocasiones, aquí los estudiantes tienen siempre 20 años y tu vas haciéndote mayor sin delicadeza como diría Sabina, y entretanto Salamanca no te presta atención, no le importas, porque sabe que está por encima de ti, que si no estás a gusto solo tú saldrás perdiendo. Porque a pesar de las convenciones y de las reglas que separan el bien y el mal, de la supervivencia y del fracaso, del día y de la noche, esta ciudad lleva dando a mucha gente la oportunidad de ser quien quieras ser, y que casi nadie se preocupe por ti, ni se meta contigo, ni se moleste por ti. Y menos que nadie ella.
Porque hay algo que está claro, una cosa son los salmantinos (oriundos y adoptados) y otra cosa es Salamanca, aunque ella no lo diga. Creo que no lo dice porque no lo importa, porque está hasta los cojones de todos los que llevamos demasiado tiempo con ella y a punto de hartarse de ella misma. Lo noto en que a veces estoy a punto de ser feliz viviendo aquí, pero no lo acabo de ser, como si me faltara algo… o alguien. Y me siento como cuando el dentista te saca un diente y te pasas el día tocando su ausencia con la lengua, palpando con la esperanza de encontrarlo ahí. Y eso me resulta triste, que Salamanca se me insinúe cruelmente, como la desconocida que te lanza un beso antes de cerrarse el ascensor. Y lo peor de todo es que no pierdo la fe, aunque pasen los días, aunque no deje de resultarme curioso que una calle hecha para pasearla solo los días de niebla se llame Compañía. Porque me hace creer que algún día caminaré por esa calle con quien quiera y encontraré a la dueña del beso alado.

6 nov 2010

EL BARQUERO DE LA MESETA TOCA PUERTO

El tío que vende las entradas en el Puerto de Chus me recuerda a uno de los golfos apandadores, pagamos, entramos, se trata de apurar la noche y Salamanca no ofrece demasiadas alternativas decentes. Me preparo para devolver los golpes disfrazado de uno más. Dentro lo de siempre, un montón de cuerpos vacíos de alma, mucho postureo, y el esfuerzo de la noche vertido en la última esperanza de ligue, de que no sea otra madrugada vacante de abrazos. Con varias copas de ron en la línea de flotación palpita siempre el desafío al miedo, al rechazo. La veo, una vez me comentó que daba clases en la uni, pensé en mil frases ingeniosas sobre el dolo y la culpa en un intento de demostrarla que no era uno más de los babosos que la mendigan besos, no es mi caso. Como viene siendo habitual fingimos no conocernos, me pregunto hasta cuando durará este deterioro de la amistad que pudo haber sido y no fue. Son las 6 de la mañana y me saturan las divas. Elijo el itinerario habitual, esquivar cuerpos que me acercan a la barra y me alejan de ella, supongo que en el fondo guardo la esperanza de una nueva conversación con alguna chica que sepa que lo que suena ahora son los Smiths y que sea capaz de tararear Love of Lesbian, de forma estridente.
Atrás queda otra noche perdida, conversaciones, vasos, miradas, canciones, universo charro. Y aún así me gusta, a pesar de las morenas con mirada heladora, por eso sigo saliendo a emborracharme, por justificar madrugadas y cobardías, por justificar hasta los besos derrotados. Alguien me dijo alguna vez que los fracasados no tenemos miedo, que somos inmunes al miedo. Mentía, sigo teniendo miedo a enfrentar según que miradas, igual es mi complejo de inferioridad, igual es que creo que esa chica no justifica el esfuerzo de intentar agradarla. Hartazgo de canciones conocidas. Me entretengo mirando a la multitud que puebla el bar esforzándose con intensidad en fingir pasárselo bien. Cada vez soy más intolerante con las poses, pero es el Puerto de Chus. El blindaje de los rostros, el tránsito de abrigos y cazadoras, el triste simulacro de la felicidad, el comercio de comportamientos... Veo ojos que me clasifican, pero tengo más años que la mayoría de la gente aquí y ya no vivo en vilo por esas cosas, sé que mi corazón no se va a quedar enredado en ningún nombre. Ella se va con su troupe de amigas, seguras de si mismas, abriéndose paso sin abrazos por el bar, que ahora me parece menos acogedor que cuando entramos. La noche ha vuelto a vencer, ya no me queda nada que justifique otra copa y no me apetece esforzarme por intentar resultar agradable a alguna chica a la que en el fondo despreciaré profundamente como me pasa con la mayoría de la gente. Alguien habla de pedirme otra copa, le digo que se la meta por el culo No le pienso contar a nadie lo mucho que me jode que ella se haya ido. Tal vez por eso tengo esta capacidad de sufrimiento, porque soy capaz de anestesiar mis emociones hasta desinflarlas, llevo años haciéndolo. Debería haberme resignado ya.

5 nov 2010

RECOPILANDO

35 años, 16 al estilo sniff, 7 al estilo buaa, 5 para dejar mañana en el trabajo. Mis días, al corte los buenos y por piezas los malos... y en medio las madrugadas.
1 padre (ya no) y una madre a compartir, una hermana propia por tanto.
17 estaciones poéticas muchas de ellas ebrio y feliz.
4 ciudades, León para aprender, Cadiz para aprender a estar solo, Valladolid para aprender a amar, Salamanca para aprender a amar lo que se perdíó y seguir solo.
Unos 60 poemas que no he contado y unos 20 cuentos que no lo son en unos 100 mb.
Varios cientos de libros, algunos en idiomas que apenas puedo leer
Una botella en una calle de Sevilla.
14 amantes, 2 novias formales.
Con las mujeres con las que quise follar se podrian llenar la Alamedilla, el Campo Grande, Papalaguinda y la Plaza Mina; orgulloso de decir que tenia una palabra perfecta y bonita para cada una de ellas.
2 amores platónicos a los que regalar alguno de los libros.
2 canciones preferidas que mañana serán otras 2 y pasado mañana acabarán siendo como siempre una de Sabina y otra de Nacho Vegas.
2 mejores amigos.
Nada en los bolsillos, nada en la nevera.
Nada que añadir, que me declaro culpable de haber vivido y de peterpanismo...


4 nov 2010

NOVIEMBRE ES UN VERSO DE GARCIA MONTERO

Supongo que un 40% de caos es imprescindible en cualquier vida. Desconfio de las grandes promesas y de las personas de una pieza que lo tienen todo claro. No me agrada ser acorralado afectivamente, ni justificar mi afectividad.Tampoco me gustan demasiado las flores, no es que me den alergia ni nada, es simplemente que no me gustan. Lo que sí que me da alergia es el 90% de la gente, especialmente los tios que sonrien demasiado y son "guays", me da la impresión de que a la vuelta de un tiempo aparecerán en la escena de un invierno con un cuchillo en la mano y las facturas de la vida en la otra. Tampoco me gusta que el deporte ocupe el mismo espacio en los telediarios que la política y que ultimamente ambos me dejen el mismo regusto amargo en la garganta. Por eso cuando la vida se hace demasiado doméstica a mi alrededor suelo desaparecer del mapa.
Sí, soy un decadente, un eterno fascinado por la estética del perdedor y amo las atmósferas donde se desenvuelven los perdedores. Busco gato encerrado si todo sale a pedir de boca demasiado tiempo, y cuando me siento demasiado establecido busco cagarla de alguna manera que venga a demostrar que aún no he sentado del todo la cabeza.

3 nov 2010

GENERACIÓN X

Una luna pletórica de fuerza brillaba estupidamente a través de la ventana del Birdland. El bar estaba más que mediado tras la manifa que habia pasado por debajo. Los currelos fumaban casi en silencio, en una mesa contigua un grupo de estudiantes hablaban, leian fanzines... Coca en silencio le daba vueltas en su cabeza a un asunto que habia oido en televisión o en algún otro sitio, no estaba muy seguro. Apartó la vista del panfleto anarquista que leia y se quitó los cascos del mp3
 -Juanjo-dijo- nosotros... qué somos.... generación X ¿no?
 -eso dicen-respondió Juanjo
 -Pero eso de generación X..., eso que es?
 -No sé... pero dicen que somos una generación de jóvenes abúlicos, todo nos es indiferente, no creemos en nada, en ningún tipo de revolución...
 -Porque?
 -Por que sabemos que ya las hubo, y que en el fondo fracasaron, nunca hubo un gran cambio: las cosas en esencia no han cambiado y dificilmente podrán cambiar ya.
Entonces uno de los sindicalistas ya cincuentones se dió la vuelta y con tono grave y cigarrillo ( ridículo remedo de Bogart) dijo:
 -No creo que sea así, aún podeis cambiar las cosas.
Su intervención originó un silencio de reflexión.
 -Tal vez, dijo Coca, pero no apetece.
Todo el grupo de chicos jóvenes rió la ocurrencia. A todos les hizo gracia; bueno, a todos menos a uno.