30 mar 2011

A UN PASITO DE NADA

Tengo amigos que podrian ser considerados parados de larga duración. Yo por contra casi nunca me paro y no tengo nada demasiado largo ni demasiado duro.Tambien he dicho a lo largo de mi vida mil veces “te quiero”, pero no siempre era cierto, solo es la forma que tengo de esconder mis pensamientos, de hablar por hablar. Y es que a veces me siento un absoluto extraño, y cuando me veo en el espejo no siempre me gusto pero soy como Obladí y Obladá, (mis peces), enseguida me olvido. Es cierto que en ocasiones me siento solo, solo, solo, pero también es cierto que sólo así estoy a gusto, pues la gente me satura y me exprime hasta la última gota. Quieren que esté con ellos y no me dejan otro papel que el de payaso, pero empiezo a estar harto del maquillaje, se van a asustar de lo que van a ver. Conozco a mucha gente pero todos son igual. Conozco muchas cosas, pero la mayoría son la misma cosa: miedo
Es de noche y tengo hambre, pero lo de la nevera no es lo bastante bueno, necesito olor a ser, a tierras vírgenes y lejanas, quizá a otra vida. No me apetece demasiado currar, pero tampoco sé de ninguna otra cosa que quiera, solo el vicio y la haraganería me seducen. Seguro que cuando muera dirán que fui estupendo, un amor, pero no os creais nada de lo que vais a oír, todo es mentira, no soy más que lo que me dejan ser. Hoy ha sido un día de mierda así que mando este eseoese y creo que todos andamos todo el día mandando esoeses pero no parece haber nadie a la escucha.
Para empeorar las cosas últimamente me da por pensar que el tiempo se me escapa entre los dedos y los días se suceden a toda ostia y que no recuerdo haber hecho nada interesante en los últimos tiempos. No creo q se pueda estar enamorado de la vida, sin embargo no dejo de buscar, no puedo evitarlo, no sé hacer otra cosa. Así que lo que hago es seguir el consejo que me dieron hace poco; tratar de enfocar cualquier situación problemática como lo haría un perro: olfatear el problema y si no me lo puedo comer o follar, mearlo y pasar de él.
Sé que degenero, pero algo no ha cambiado todavía: me sigue gustando la gente echada a perder, traidora, perdedora, rara, descreída, fracasada, bebedora, y las mujeres extrañamente guapas que saben brindar...
Necesito el viaje.
Repito: necesito el viaje.

11 mar 2011

PENITENCIAS Y TENTACIONES DE SAN JUEVES

Ultimamente no ligo a la primera ni a la segunda, últimamente no hago casi nada a la primera o a la segunda. Es jueves y las chicas de Salamanca no pueden ser más guapas, Ya sabeis, jueves para mayores de treinta, hay que poner esa pose idiota de urbanita moderno e intentar ir, mientras se pueda, a bares de gente generacionalmente afín. Necesito público, sólo me corto más, con público tengo alma de corista, soy un tanto gregario a la hora de salir, creo que la mayoría lo somos. Eso explica que esté aquí lidiando con los del curro. Así que es la una y el menda está en el Haddock encadenado en medio de la soledad de todos con sudor frío en la conversación (hablan del trabajo) y un muro de aburrimiento en medio de otro. Así que echo una ojeada a mi alrededor para ver a las mujeres de éxito buscar hombres de anuncio y a los chicos jóvenes buscando modelos de pasarela mientras las que podrían ser modelos de pasarela revolotean sobre cuarentones encorbatados con pinta de haber amasado su dinero a base de mentiras y ausencia de escrúpulos. Pero es jueves, las mentiras flotan en las bocas de la gente, gente que se apoya en otra gente, oídos que no oyen, postureo, y yo buscando una mirada que sea sincera y que no busque nada. Todo esto con la compañía cuarentona y cincuentona de la gente de mi curro. Y, que le voy a hacer, me gusta. Esta especie de “café torero”, de llevar varias horas de bar en bar hace que no tenga que esperar demasiado a que llegue ese momento en el que el ron suele vencer la timidez con esa chica que está esperando en la barra de cualquier bar a que yo hable con ella para no sentirnos tan solos esta noche y más tarde me haga justificar en su cama el desayuno que me tomaré por la mañana.
Llevo un rato intentando que la chica del vestido bonito me haga caso pero las chicas de vestido bonito casi nunca te prestan la suficiente atención así que intento sacarle partido a mi hipocondría e intento hacerme el simpático adoptando el papel de chico majo. Su mirada de desprecio es tan intensa, tan pura que casi la puedo escuchar. Tengo la misma sensación que Krahe intentando ligarse a Marietta.
Nunca sabré a que distancia estaba en centilitros de conseguir besarla. Lo único que tengo claro es que va a ser jodido borrar este jueves. Es jodido borrar algunos jueves de nuestras vidas, todos guardamos un jueves en un rincóncito del pasado, admitámoslo. Parece ser que es un día reservado para todas la cosas realmente malas que pueden suceder en el universo nocturno. O lo mismo es que tiene razón Kiko Veneno y que “la flor de la noche es pa´ quien la merece”. Que más dá.
Mañana haré la autopsia a mis ilusiones para saber la causa de la muerte, aunque sospecho que es por veneno o porque han sido apuñaladas sádicamente.

3 mar 2011

ENCONTRARSE EN EL CONTRASTES

A esta hora el cielo empieza a bostezar, las calles se hacen más largas y las farolas se apagan al tiempo que se encienden las primeras luces de las casas para iluminar a un hombre que orina, bebe un vaso de agua o enciende la tele porque una vez más el día ha llegado demasiado pronto. De vuelta al centro alzo los ojos al reloj que hay enfrente del Puerto de Chus, son más de las 7 y vamos camino del último lugar, ese donde podremos tirar el último dinero que nos queda y beber sin con-pañía. Como lo hacen los hombres que ya pagaron todas sus deudas. Me recargo en los muros que rodean la plaza de San Román a esperar a alguien que está meando y a meterme un poquito de realidad en el alma. La piedra fría y apacible sosteniendo mi espalda me habla de un mundo quieto, aislado. Solo yo. Los minutos continúan cayendo en el reloj y un coche sin luces se desliza lentamente por la Gran Vía. Insistimos en cruzar la calle camino del Contrastes cada uno por un lado pero con la misma dirección. Está dormida Salamanca, pero ahora tengo un cuerpo y soy consciente de su cansancio y tengo deseos de sumergirlo en la fuente de la calle y dejarlo fundido con la piedra mientras veo el cielo teñirse de rosado. Me dejo llevar por ese estanque imaginario y nos colamos por la puerta del Contrastes. Por que sabemos, (y eso es pura experiencia) que allí podemos dormir con los ojos abiertos. Las ratas están lamiendo los suelos en el Pepper´s, en el Hernández, en el Centenera, en la Charca… en casi todos los bares menos aquí, donde la música de Extremoduro se dilata en los pulmones, porque nadie ha terminado aún de contar su historia. Los gritos son los ruidos más suaves y nosotros bebemos. Y mientras esperamos la luz del sol o algo que nunca pasa, el bar se va llenando de sombras y de un silencio profundo, un silencio de última hora porque ningún bolsillo puede a estas alturas sostener el desmadre del Contrastes. Entonces antes de volver a la calle y mientras suena Boikot le pido al pincha algo absurdo , nada más que para imaginarme cosas y especular y poder embellecer más adelante lo que de tristeza tienen estas situaciones cotidianas y acabar la copa antes de que suenen las campanas de San Marcos dando la misa de las 9 y sobre las iglesias caigan las primeras oraciones y sobre las calles los últimos vómitos.