30 jun 2011

QUE NO ME HUBIERA INVITADO

La verdad es que determinado tipo de fiestas me producen una pereza de la leche.Igual es la edad. Prefiero mis propias celebraciones llenas de soledad, canciones absurdas y autocomplacencia compulsiva. Pero tuve que ir a la fiesta. A la puta fiesta. Cuando me imponen la socialización a través del chantaje emocional, suelo estar de mala hostia varios días antes del evento. Cuando me mezclo demasiado con la gente acabo un poco hasta los huevos. Y más cuando la excusa de la cohesión es el trabajo. Pero la fiesta iba a ser la hostia. La mejor de las fiestas, así que allí me planté. Dispuesto a disfrutar como un buen ciudadano. Como un retardado más, con mi disfraz habitual, a permitir la continuidad de esta basura global. Me vestí más pensando en salir luego que en la fiesta en sí. Me la pela lo que piense el resto. Me la trae al fresco casi todo, menos tú que no existes. Me puse la chaqueta, pues las noches son frías, casi heladoras a pesar de los 30 grados diurnos de este nauseabundo Junio. Pillé un montón de tabaco. Lo iba a necesitar y además de paso ahumaba esa fiesta. Sería mi pequeña venganza. En la calle se olía el finde. Si me paraba a pensarlo daba un poquito de lacha. No me apetecía ir andando hasta el camino de las Aguas así que pillé en Puerta Zamora un taxi que resultó vomitivo. Típico taxista analfabeto escuchando emisoras ultras y odiando a todo el mundo desde su pequeña tribuna rodante. Me dieron ganas de agitarlo mientras le grito: ¡¡¡espabila!!!. Es normal, me pasa con la mayoría de la gente que conozco últimamente. Debo ser un poco raro. Un poco especial. Nah, quizá sólo se trate de un caso de hipersensibilidad.
No tardé en conseguir un vaso y ponerme uno de esos cubatas suicidas, ya sabeís, mitad y mitad prácticamente. Y aliñarlo con tequilas tostados, canela y naranja. Con un par de ellos vas más fino que la hostia, con 3 te conviertes en un ser lleno de luz y obscenidad. con 4 te asemejas a los kamikazes de las religiones suicidas. Tras trasegarlo en cerocoma y hacerme otro, decidí integrarme en la fiesta. Alcoholismo social, esa lacra. Con lo bien que se está en casa alcoholizándose con los de siempre, o contigo, que no existes.
Tras hacer un barrido visual de gran precisión, gracias a las horas invertidas situaciones semejantes, me fijé un objetivo principal y otro secundario: Soy así. Soy depredador por naturaleza y el resto no me importa demasiado, ese tipo de tipos cargado de principios que escondería en el bolsillo pequeño de los vaqueros por zumbarse a un pivon. Pero me puedo hacer el culto, y soy bastante respetuoso, algo incomprendido, bien leido, segundon y un poco idiota con lo cual puedo engañar durante un pequeño espacio de tiempo, así que lo siguiente que hago es intentarlo a base de ponerme en plan pseudotrascendente con la amiga de alguien y contarle mi plan de exterminio de idiotas a nivel salmantino. Más tarde, con el paso y el peso de las copas ella habla de besarme, pero yo ya voy borracho, he perdido interés y experimento cierto placer sádico en humillarla y en meterme con ella. Al final y tras haber tenido una actitud propia de un deficiente mental a lo largo de toda la fiesta, salgo de bares, regreso solo a casa y solo pienso en ti, que no existes…
Fin de la historia.
A que ahora se me quiere un poquito más??

21 jun 2011

EL CIGARRITO DE ANTES

Me doy cuenta cuando miro el contador de visitas, que con cada ilusión ( o decepción) emotiva gano una lectora. Es el caso de esta historia: os prometo que no la había visto. Lo juro. Yo estaba de espaldas, fumando a la puerta del Cum Laude poniendo poses que disimulen el hecho de que estoy sólo y muy centrado yo en mi cigarrillo. De verdad.
Me saluda y me siento como si me hubiera estrellado con el coche. Está tan cerca que podría incluso rozar su pelo negro. Y es que está tan cerca que parece que fueramos en ascensor, en un ascensor que se desplazase horizontalmente.
Hace un tiempo, cuando curraba conmigo de interina siempre me saludaba de la misma forma y yo tenía preparado un chiste fabuloso para cuando lo hiciese. Ese día me saludo con un lacónico “hola” con lo cual el chiste ya no funcionaba. Zorra. Dije. Bueno en realidad, no se lo dije, solo lo pensé, es decir, me lo dije a mí mismo.
Afortunadamente no la estoy mirando como si estuviese salido. No miro su cuello ni la forma de sus vaqueros, ni me imagino sus tatuajes, ni me imagino como sonará mi nombre en su boca cuando ella lo grite, ni el beso que me dará cuando menos me lo espere, ni la digo que como siga fumando de esa forma me va obligar a buscar el extintor del bar. Yo a mi bola todo tontería y dignidad, sin hacer caso al proceso que se comienza a abrir.
Ahora me sonríe seductora y me quiero morir. Quiero comérmela. Quiero arrancarle las etiquetas al flirteo y estrenar todo lo demás. A la mierda el qué tal te va. Quiero lo otro. Que coño hacemos hablando de lugares comunes si los dos pensamos en lo otro. Te quiero desnudar y punto.
Finalmente la situación me acaba saturando… quizá lo que me pasa es que en el fondo me da pereza. Intentar algo como por ejemplo caerle bien y llegar a algo. Otra chica que se aprenderá mis cicatrices. Otra chica que puede venir a casa cuando acabe de currar. Otra chica en mi ascensor. Tal vez ella lo merezca pero tamaño esfuerzo me viene grande. Por lo menos en este momento. Ya veo a mí alrededor adonde lleva: Los silencios que lo complican todo, las discusiones al llenar la nevera o después de la primera vez que no sepa como decirle que me apetece estar solo. Otra chica estupenda que me mandará a la mierda de forma estupenda.
Más tarde la madrugada me envuelve en un hálito de realismo mágico y acabo intercambiando palabras con acento transoceánico en el Potemkim y planteando arropar labios rugosos con mis labios huraños. Al final me despido y duermo solo. Ha sido divertido y acepto el juego con deportividad. Lamentablemente, el pepito grillo que duerme a mi lado habitualmente, no se ha tomado el día libre y me culpa de que el peso sobre el colchón no está repartido de manera proporcional. Algo ha fallado, como casi siempre. Algo me falta y ahora reconozco que me he puesto un pelín nervioso cuando rebuscaba, sin conseguirlo, alguna frase epatante para la despedida.Tampoco es tan raro: no quiero romanticismos, ni promesas, ni chantajes, ni atardeceres, solo quiero algo a cara de perro. En plan adultos y eso.

14 jun 2011

LLORAR VIAJES

En 1996 las mujeres de mi vida ya no jugaban a las casitas. En 1996 yo todavía no conocía como solucionar mis problemas de escapismo. En 1996 apenas nadie se iba al extranjero, en 1996 nadie sabía decir MP3, ni China estaba en todos los telediarios. En resumen en 1996 el tiempo pasaba mas lento y los niños jugaban en los pasillos porque nadie tenia un movil con el que hablar desde el tren. En 1996 mi vida era una fiesta y yo aún no lo sabía.
En el 2011, a veces me siento extraño, confuso, incluso viejo. Me siento como en esas escenas de los dibujos animados, cuando en medio de una persecución a uno se le cae un yunque o una caja fuerte ( marca acme) y lo deja aplastado, en versión bidimensional y se levanta, se sacude el polvo y sigue corriendo. Así me siento: aplastado, bidimensional, pero no siento demasiado dolor y sigo adelante.
Está haciendo un pelín de frío este Junio y no hay demasiadas terrazas todavía en Salamanca. Subo en modo “piloto automático” por Azafranal con la brújula de la vida estropeada y pienso que la estatua del empresario es obra de un taxidermista ciego. Por de pronto pienso pasarme el verano bajando los domingo a por el Público con resaca al Kiosko de Puerta Zamora, buscando la inspiración en nicotina, olvidando consejos, hablando con el alcohol ( intentando no aburrirle), y confiando en que España le de algo al mundo más allá de la siesta y la paella. Así intentaré olvidarme de la desazón mordiéndome con ganas, de salir a buscar algo al extranjero y de enamorarme de cosas absurdas. Cualquier cosa es válida para alejar la certeza de que me voy a pasar todo el puto verano en esta ciudad buscando ranas y astronautas.

12 jun 2011

LATIDOS DE DOMINGO

La chica que se acaba de sentar en la mesa de al lado no está demasiado buena ni nada. Ha llegado con su bandolera y se ha pedido una caña en plan soy una indie-modernilla qué coño miraís. Aparenta estar tan segura de sí misma que tan siquiera ha mira alrededor y se limita a juguetear con su movil simulando mandar mensajes urgentísimos.
Estoy en el Delicatessen soportando mi resaca como buenamente puedo. La terraza está concurrida y yo, como no tengo tanta confianza en mí mismo, sí he sacado un libro que me importa tres cojones, hago como que leo y levanto la vista continuamente mirando la vida pasar. En realidad lo que hago esencialmente es ver las chicas pasar. Ya he dicho que la chica de al lado no está demasiado buena, pero como me está mostrando sin pudor su tanga y tiene dos hermosos pechos, decido no dejar de mirarla hasta que se convierta en el pibón que le hace falta a esta tarde de domingo.
En lo que eso ocurre os contaré que estuve en Madrid, que una prostituta de la calle Montera me preguntó la hora y yo pensé que tenía todo el tiempo del mundo, que tenía los ojos más bonitos que he visto y que me gustaría poder dedicarle algo más que estas palabras. Tambien os diría que hay gente que hace poco me besó en la espalda muy despacito y tardaré mucho en volver a ver, que estoy empezando a pensar en una respuesta para cuando me pregunte a mi mismo como he llegado a esto. Tambien podría contaros una historia que no fue: no se me da bien calcular la edad de la gente, pero diría que tenían unos cuarenta. El delgado y feo con gafas y barba en tez oscura. Ella era gorda, de piel blanca tambien fea. Se dieron un rápido beso en una calle de Malasaña y al separarse él le guiñó un ojo. Me recordó vagamente a algo que no quise recordar por aquello de no dejar que el pasado pueda más que el futuro. Ella se fue caminando calle abajo, él entró en un supermercado. Yo seguí calle arriba mirando al horizonte donde nunca se llega.
Pero creo hoy no estoy demasiado inspirado, y si sigo escribiendo me va a quedar en plan como muy pobrecito mío y voy a seguir provocando ganas de que me adopten y no me mola ni media.
Y además, la chica de al lado me empieza a parecer una auténtica diosa, así que me voy a pedir otra caña mientras le pongo ojitos y pienso en secarle las gotitas de sudor de su nuca...

5 jun 2011

ENTRE EGOS ANDA EL JUEGO

Hoy Madrid ha tenido algo de dolor y algo de ron. Las noches empiezan a ser cálidas e intentan seducirnos con su indiferencia de gatas. También hay su poquito de humo cuando los párpados pretenden cerrarse.
Ahora, los dos tendidos en su cama. con los receptores de sonido e imagen casi apagados. La tenue luz de un radio despertador brillando. La abrazo por la espalda. Me gusta esta sensación de su cuerpo cálido e inerte junto al mío. Me gusta acariciarla muy suave, casi sin contacto, saboreando como reacciona esa piel orgullosa de sus cicatrices. Parece como si estuviese en algún tipo de trance hipnótico. Y mi mente deambula siguiendo el misterioso mapa que mis manos dibujan a lo largo de su espalda. En algún punto hemos acordado dejar que sean acontecimientos los que dicten el camino a seguir. Me ha dicho que ultimamente le gusta dejar fluir las cosas. Me parece guay, de hecho mi vida consiste en eso, una eterna búsqueda de nada en particular, de alguien en concreto. Dejándome llevar. Siguiendo las pistas que el azar o la casualidad (en el destino no creo) van poniéndome frente a mis morros. Probablemente esto acabe generando problemas muy jodidos de resolver. Desde que la he conocido, pienso que es una especie de elegida. Lo que no tengo demasiado claro es para qué.
El caso es que Madrid parece a punto de irse a la mierda: los índices disparados de contaminación, la victoria de los fachas en las elecciones (maldito cretinismo colectivo español), y el mundo no le va a la zaga: revoluciones árabes en el Medio-Oriente, los yanquis haciendo el subnormal, el típico mongolismo centroeuropeo y entre todo ese percal, nuestros biorritmos coincidiendo en una noche borracha sin saber por qué ni para qué. Hemos pasado horas intentando desentrañar el misterio. Devanándonos los sesos en busca de conexiones y respuestas. Todo está conectado, ya sabes. Este bestial anticiclón en plena feria del libro.
Luego nos fuimos a beber a otro lugar y la cosa se complicó. En fin.
Lo que parecía claro es que estábamos obligados a hacer algo con los materiales que teníamos a mano, y daba la casualidad que sólo había ron, tabaco y nuestros dos cuerpos. Lógicamente tuvimos que acabar follando..
Sus ojos son tan grises como mi ánimo en esta noche de primavera. Estar cerca de ella es de lo más parecido a ser alguien con suerte y me gusta. Siempre he sentido afinidad por la gente pesimista, por la gente que conoce y sabe valorar la cortante realidad de esta mierda de mundo. Trabaja en no sé qué relacionado con no sé qué. Le gustan las películas francesas en versión original y tiene debilidad por la música en castellano con sobreabundancia de voces masculinas no exentas de tragedia. Y es que sospecho que es un pelín trágica. Supongo que de algún modo yo también lo soy aunque mi tragedia es más… digamos pletórica. Siempre me han gustado las cosas a lo grande, incluso las pequeñas cosas. Siempre me lo tomo todo a la tremenda, y así me va..
Supongo que somos amigos, o algo así.
Al final termino durmiéndome sin remordimientos ni culpa.