28 dic 2010

SEÑORITA

Ultimamente mi corazón va dando tumbos como un ciego en una discoteca. Hoy he caminado por el "Húmedo" como siempre con la mirada baja y la moral alta, y entonces nos hemos cruzado. Aunque me falla la vista una barbaridad y veo menos que un gato de escayola, te he reconocido en seguida. Sigues teniendo esa cara de aristócrata francesa, barbilla de actriz de los 60 y coloretes de Heidi... y como no, tus pechos estaban justo como yo les recordaba, imparables, apuntando al frente; siempre lo he dicho, podrias asaltar diligencias con esos pechos.
Al verte tan guapa me he sentido ridículo y minúsculo, con mi ropa pasada de moda y estas entradas cada vez más prominentes en mi habitual cara de niño. Y es que de verdad estabas estupenda. Todos nuestros conocidos dicen que éramos una gran pareja. Tonterias, si realmente lo fuéramos seguiriamos juntos, como Bogart y Bacall, como Mister Potato y la calvicie. Por eso despues de ver tus buenos modales y tus palabras de cortesia me he sentido mareado, desnudo y estúpido, a punto de llorar delante del edificio de Correos. Nunca supiste que era tan fragil como un hilo de araña en una autopista.
Si tuviese el valor suficiente, si ese Dios que nos separó hubiera empleado menos costillas de barro y más coraje, ahora estaría volando desde una de las torres de la Catedral. Pero no, soy demasiado cobarde y seguiré bebiendo tus recuerdos en batidos de amargura.


20 dic 2010

COCA EN SALAMANCA

El miércoles mi amigo Coca va a efectuar una gira relámpago por Charrajevo, previamente se fue por Europa con la moral alta y las ilusiones e incertidumbres del que se va a pelear con alguien. Siempre le imaginé caminando por Madrid arrastrando los pies camino del trabajo triste como el avión de regreso y saliendo despedido del curro alegre como el avión de partida. Como es mi amigo sé que no se va a mosquear por que yo escriba estas cosas aquí. Esa es de las cosas que diferencian a una persona de las otras. Un amigo no es aquel del que sabes todo, ni con el que te sinceras de la hostia ni chorradas varias. De un amigo sabes (más o menos) lo que le jode y lo que no. Punto. Si le jodes es tu problema. Además tampoco es tan chungo explicar lo que se siente cuando tu mejor amigo se va a Lituania y se convierte en la persona más bajita del país. Pues te jode, y eso es todo.
Es un tipo inteligente, informal, descarado, que no suele dejar indiferente a nadie y la persona más ágil mentalmente que he conocido, el puto Woody Allen de las frases ingeniosas., la enciclopedia Simpson de las escenas caústicas. Sigue en plantilla porque algún día le voy a pedir que sea el guionista de mi vida, puesto que ya lleva varios años desordenándola. Si un tipo así no encuentra curro en este país es por que esto definitiva, definitivamente se va al carajo.
Así que la noche del 22 y del 23, vamos a intentar acabar con nuestro hígado antes del cataclismo existencial que la visita navideña a las respectivas familias en León puede suponer. Y es que sospecho que somos unos virtuosos del ron, unos superdotados de la fiesta, igual que hay niños prodigio que lo son del violín o del piano. Lógicamente todo esto no se lo diré a él, porque nosotros somos tíos duros, cazurros, heterosexuales, sin tiempo para ñoñerías y sensibilidades las justitas y anestesiadas por la excusa del alcohol, que si no son cosas de niñas que diría mi madre. Así que cuando le vea le daré un golpecito en el hombro de trámite y compartiremos copas y barras y cerraremos los peores antros (como el Ministerio de Sanidad) que son los que tienen el horario más compatible con el nuestro, y nos rifaremos a las chicas de miradas cálidas y cuerpos bonitos solo por el gustazo de competir en plan macho alfa por ser más majo que el otro, y volveremos a casa y la única cita que habremos logrado para el día siguiente será con dos resacas monumentales, pero hablaremos en plan: “hostiaaa!!! Como estaba la rubiazaaa tio!!!, ayyyyy Omá que ricaaaaa!!!!!.
Y así entre mucha autocomplacencia, y mucho bla,bla,bla y algún viaje por Europa y varios proyectos y un surtido de quejas variadas y muchas risas; la vida se nos va pasando.


16 dic 2010

DEFENESTRANDO MAÑANAS

Cagonlaputa!! Me he quedado sin Internet!! Así que en espera de que el viernes venga Dimas a piratear una de las múltiples redes que se pillan en casa, me he tenido que venir hasta la Casa de las Conchas y pedir un ratín de ciberconexión. Aprovechando que estoy de tarde, me he levantado temprano,( las 11 y media) y he pisado la calle, con cara de “tengo un mogollón de cosas que hacer así que no me molesteís ni me interrumpaís que estoy superliado con mis cosas mega-importantes”. He caminado por Melendez con paso firme, adoptando la pose del que va, por lo menos, camino de desactivar una bomba en el dormitorio de la chica morena de rizos del quinto 11.
Luego, desactivar, lo que se dice desactivar, pues he desactivado más bien poco. Incluso he tomado café en el Alcaraván y lo hacía como si tuviera prisa. Maldito idiota.
También me pasa que cuando vengo a la biblioteca a ver el correo y a escribir alguna chorrada como ésta, pongo caras. Digo cuarenta y cinco minutos de internet, por favor... y me sale la cara de escritor de best-sellers agobiado por los plazos de entrega que impone su editor y al que se le ha jodido la conexión Wifi de su apartamento y baja a buscar el ciber más cercano a fin de poder enviar su último y transcendental capítulo titulado "martinis en Capri".
La verdad, esta última cara me aburre. Ahora estoy perfeccionando la de articulista de culto agobiado por los plazos de entrega que impone su editor y que vive en una cutre pensión sin adsl después de que su novia, cantante de jazz en un cabaret y alcohólica, se bebiese una botella de bourbon y le pusiera de patitas en la calle, con lo cual acude a la Casa de las Conchas para enviar su último y transcendental artículo titulado "Adoro los haikus" Si, soy consciente de que hago mogollón de estupideces. No sé si le pasa a todo el mundo o soy yo que las pienso demasiado y actúo como un deficiente. Igual la gente las piensa y no las hace o las hace sin pensar. No sé si tengo remedio o soy un imbécil profundo. Sospecho que esto último.
Hay una chica preciosa en la terminal 3 y yo solo puedo pensar en el mono que tengo de un cigarrillo, pero me gusta la idea de que me vea teclear con aire interesante, afuera está lloviendo y me da igual: que llueva, que llueva y que le pille a la virgen fuera de la cueva, que dentro bastante tengo con intentar mantener mis planes abrigaditos y la cabeza fría y arroparme el alma con la mantita de los sueños, que ya oigo al invierno dando tumbos en el portal borracho y desorientado buscando el timbre.

12 dic 2010

LA ESPÍA QUE ME AMÓ

Parece increible, pero hay una rubia durmiendo en el colchón intentando dominar sus sueños y alejándome un poquito más de los míos, así que me levanto despacito para no despertarla y voy a la nevera que está tan llena de nada como habitualmente. Bebo agua cogiendo la botella por el cuello como los polis americanos neuróticos hacen con la leche. Este horario a turnos de levantarme a las 2 de la tarde me ha llevado a que el insomnio y Woody Allen se hayan convertido en mis mejores amigos, de los pocos que me aguantan.Me tumbo en el sofá que se transforma en un potro de tortura donde sopeso mi vida. Me enciendo un cigarro mientras pienso que este apartamento lleva años suplicando una mano de pintura, que este blanco evolucionado a un amarillo nicotina no le sienta bien. Apago el cigarrillo en las copas sucias de la fiesta y vago sin gafas por la casa, arrastrándome como un alma en pena por el parquet. Llego a la ventana y me infiltro por las cortinas como un espía que tuviera una misión y dejo vagar la mirada por las calles vacías y húmedas. Me imagino que los hombrecillos verdes y rojo del semáforo se han deslizado por el poste y ahora están sentados en sendas cajetillas de camel jugando a las cartas entre ellos, con sus rostros impasibles como de gansters de los años 30, fumando con una mueca de desprecio en los labios y el entrecejo arqueado. Cuando oyen llegar al camión de la basura recogen las cartas y suben por el tronco del semáforo con rapidez, justo a tiempo, 4 segundos más y les pillan los basureros municipales. Frecuentemente la miopía juega conmigo y yo tocado por los tentáculos del miedo y la imaginación (Manolo me dijo hace poco que iban unidos) me dejo llevar por el subrealismo de estas imágenes nocturnas e irreales. Pero claro para los miopes, las viñetas irreales no están tan claras como para el resto del mundo.
Regreso a la cama. Está preciosa con su camiseta de tirantes, me recuerda a una estrella de cine, sigue agitándose y ronroneando, ajena a la fascinación que me produce, sigue peleando por cambiar el argumento de sus sueños. Hubo un tiempo en el que me hubiera encantado formar parte de ese argumento y que sus sueños giraran en torno a mi. Pero el paso del tiempo, el cumplimiento paulatino de sus sueños de colegio de pago y su creciente indiferencia me han puesto en el lugar que me corresponde. Mañana sonreiré igual, e intentaré olvidarme de que emotivamente podrían declararnos zona catastrófica. Me meto entre las sábanas con cuidado para no despertarla, y en ese momento su mano me toca inconscientemente en sueños y con ese gesto sé que al menos esta noche le gano la partida al insomnio

7 dic 2010

HAZAÑAS BÉLICAS

Estamos en “la charca”, solemos llamar “la charca” al Atahualpa porque hubo un tiempo en el cual la media de edad era bastante superior a la nuestra, y ese era el lugar donde iban las gacelas cojas a beber, las gacelas cojas eran ese tipo de mujeres con la edad y la cantidad de alcohol adecuada como para dejarse caer, generalmente en manada, por un lugar así. Mario afirmaba que enfrente nos tenían a nosotros: los leones desdentados, que en lugar de comérnoslas las babeábamos. En aquel entonces todavía teníamos ganas de hacer bromas sobre la edad.
La música no es mala y me quedan unos 30 euros aburriéndose en la cartera que me suplican que les cambie por más copas. Mañana no trabajo, lo que significa que ninguna obligación me puede desviar de mí mismo, de mi habitual egoísmo. Una chica me sonríe (o eso me creo, a estas alturas de la noche cuesta más de lo habitual distinguir entre espejismos y esperanzas) y esa sonrisa es como si el Maine acabara de volar por los aires: toda una declaración de guerra. Así que me acerco y empezamos a hablar. Le cuento lo de Noelia y ella lo del gilipollas de su padre, podría subir la apuesta, pero aún no sé que mano llevo. El suspense está ahí, la tensión está ahí, la chispa está ahí, todo está ahí menos lo imprevisible. Estamos a 13 minutos de caernos mal A estas alturas tengo un Waterloo en mi entrepierna, y le acabo de dar mi facebook, así que pruebo a haber algún avance en forma de susurros cerquita de la curva de su cuello, miradas, sonrisas a tiempo, gestos… intento ganar terreno como un soldado de la primera guerra mundial, bayoneta en mano saltando de una trinchera. Siento que sus labios me invitan, pero antes de que pueda fijar las coordenadas, y mientras pienso que su estúpida perorata está interrumpiendo mi monólogo interior la oigo decir:“ sé lo que estás pensando”, “por supuesto que no tienes ni puta idea de en que estoy pensando” pienso yo. “estás pensando en que ojala gane el PP”:replica ella sonriendo En realidad estoy pensando en lo mucho que me gustaría llevármela a mi casa “más o menos" respondo. Pero en el fondo sé que esas 9 palabras son las que separan el antes y el después. La culpa es mía, de mi camisa de marca y de mi pinta de chico convencional que la han llevado erróneamente a pensar que soy un facha. Yo que me puse el pendiente en la ceja en un vano intento por parecer un chico malo y salvaje… la miro incrédulo, negándome a asimilar tanta estupidez, y la respondo de la forma más cruel y sarcástica que puedo. Ella tampoco se corta ni un pelo. Es un puto Trafalgar del ligue. La veo irse, regreso cautivo y desarmado con Juanjo y Dimas que siguen indiferentes, embarcados en una de esas conversaciones banales que tanto nos gustan, y compruebo por enésima vez que aquí, borracho con mis amigos, es donde más a gusto y más auténtico me siento, siempre entre los damnificados de la noche, siempre entre los últimos en irnos. No es mal sitio para vivir: entre amigos o entre los primeros acordes de esto:

1 dic 2010

ALIGERANDO EQUIPAJE

Todo el puto día sin saber a que aferrarme para no caer en las garras de la angustia y la mala uva. Imagino que es jodido apartar las cosas que son de uno mismo, el caso es que esto me va a costar la cordura. La tarde ha sido extenuante, de aguantar idiotas en el trabajo y en la vida, de discutir con subnormales que tras mucho gesticular y rasgarse las vestiduras terminaban dándome la razón, con un hilo musical digno de una residencia de ancianos vomitando temas infrahumanos de Amaral y de Bisbal y con la desagradable gente con la que he tenido la desgracia de compartir mis horas laborales sin aportar nada nuevo. El lugar donde desperdicio mis días está a las afueras, y tiene algo de paisaje industrial románticamente feo, casi apocalíptico. Si entras ya se te desangra el buen gusto. Anochece, tiro la basura y me enciendo un cigarro y noto de nuevo una angustia antigua que se me clava en la boca del estómago. Una llamada al móvil me saca de mi hipocondría, la propuesta es ir a ver el partido y tomar unas cañas, me repugna el 80% de la gente que me rodea y el 90% de los planes absurdos que me proponen, a la vez me fascina tanta estupidez junta, es raro. Me invento una excusa para rechazar la propuesta. Regreso a casa por una Avenida de Mirat vacía, todo el mundo está viendo el fútbol, pero de repente comienza a nevar, muy flojito, solo para mí, el resto del mundo está atento a los goles mientras Salamanca me muestra una de las mejores escenas que he visto. Cambio la música del Mp3 y elijo algo del siglo pasado, mientras pienso que Bjork siempre me ha parecido una esquimala que da gritos que la hacen parecer medio subnormal.
Nieva despacito y decido que el resto de mis miserias me la traen floja esta noche