18 feb 2011

ANUNCIOS CLASIFICADOS

Noelia fue mi pareja y ahora es mi mejor amiga, es capaz de llenar cualquier vacio. Vive en Madrid. Lineth es licenciada en tripodología felina ( el arte de buscar 3 pies al gato) y en fonética del cine mudo. Vive su propio guión en Colombia burlándose de este mundo desde el lado izquierdo de su vida sedentaria. Lola me ayuda a estropearme la vida a base de enlaces y afirma que cuando meter la pata sea deporte olímpico me va a arrebatar el oro: Vive en Extremadura. Belén me despistó y eligió quedarse en el redil familiar. En León. Raquel es filóloga por devoción y pornostar de vocación (o era al contrario? ) y sabe dar besos al revés. Vive en Sydney. Con alguna de ellas me he besado y eran capaces de dejarte los labios cansados. Igual igual que cuando comes muchas pipas con sal. Son mis amigas. Probablemente lo sean porque a mayor distancia entre personas generalmente suele haber menos conflictos, el caso es que ninguna vive a tiro de llamada. Y es que últimamente se me ha ocurrido que necesito una amiga en Salamanca, y por ahora solo hay una candidata con la suficiente imaginación y sorprendentemente trabaja conmigo, pero como a su lado me siento como una ardilla al lado de una sequoia, las posibilidades de llegar a ser amigos son prácticamente nulas.
Y es que no quiero un amigo, quiero una amiga. El 90% de los tios me resultan imbéciles y para colmo no me los quiero follar, con lo cual ni me aporta nada su conversación ni me interesan lo más mínimo. Además ya tengo los mejores amigos del mundo. Con las chicas la cosa funciona de un modo distinto, son diferentes. A una chica le puedes contar lo que realmente sientes y es muy difícil que se burle de ti, con una chica puedes transgredir barreras que con un chico es muy difícil, puedes pulverizar los convencionalismos, puedes blandir tus más ocultos sentimientos , esos que se agolpan en el lado oscuro de la diana, y lanzárselos para que te aconseje sin sentirte como un idiota.
La verdad es que para ser sincero, lo que me gustaría es encontrar a alguien que me quitara tiempo y rutina, alguien que me despertase llorando a las 2 de la mañana para demandarme un abrazo, y que le fluyese la prosa cuando me cuente lo mal que le va con el idiota de Nico. Que sea capaz de enamorarse de un perfume y que posea un talento especial para las copas, sentido del humor inglés y esté interesada en aprender gíglico para hablarlo juntos. Así que en espera de que mi amiga ideal dé señales de vida el resto podéis enviar datos de contacto y todas esas cosas a mi correo. Ya que me mentís a la cara, lo podíais hacer por escrito: El caso es que: “Chico mal de casa bien con blog en propiedad busca aliada solvente y con suficiente tiempo libre como para compartirlo conmigo a destiempo y para guarecerse de las tormentas (las de dentro y las de fuera), hurgarse las heridas emocionales y construir un mundo donde estar abrigaditos a base de abrazos, risas, cafés y palabras”. Ya sabéis, amistad y lo que surja.
Pero que surja, carajo, que surja.

17 feb 2011

INVIERNO SUCIO

Llueve en la calle. Parece ser una de esas tormentas traidoras que de repente se convierten en pequeños diluvios, como si Larry Mullen se marcase un solo sin avisar al resto de la banda. La ciudad se me asemeja a un pollo mojado y yo mañana tengo que currar. Miro por la ventana de la terraza con los codos apoyados en el alfeizar. La calle está desierta, solamente veo un gato. Se desliza con elegancia, como un traficante de heroína paseando por su antiguo barrio, rozando el contorno de la pared para no mojar su culo de gato. Ha llegado hasta la esquina y se ha parado. Un perro atado al semáforo lo mira lleno de curiosidad. El gato lo observa de reojo, como a sabiendas del poder que irradia su jodida libertad que el otro no posee. Ocupado en sus pensamientos de grandeza no se percata de la pequeña cascada de agua que cae desde el esqueleto metálico de un pequeño andamio y a la que poco a poco se va acercando y que termina por derramarse sobre su cabeza de felino que tras perder todo su orgullo sale huyendo como si se lo llevaran los demonios.
Observo la escena con gayumbos adornados con letras y sonrío pensando en lo cómico de la situación. Curiosamente al alzar la vista descubro a una anciana de 200 años que me sonrie desde su ganchillo. Sin duda debe ser por culpa de las letras viciosas de mis calzoncillos y, aunque me siento un poco como el gato, ni siquiera cambio de postura.
Hace frio, tiro el cigarrillo a la calle y me meto dentro. Son momentos extraños estos que paso en soledad charlando conmigo mismo; desde que se fue la última mujer que estuvo en casa. Aunque no me preocupa, volverá ella u otras con sus catálogos de proyectos futuros, sus cabezas en forma de laberintos… llegarán otras y también se marcharán, como ese rio improvisado que imagino se desliza por la Avenida de Italia una vez que las alcantarillas han agotado su cupo de almacenaje y distribución y vomitan aguas turbulentas.
De repente las nubes aumentan el ritmo de producción y provocan el pequeño diluvio que yo presagiaba. Larry ha vuelto a olvidar avisar a la banda. Busco un Cd de U2 y lo pongo en el equipo. Ni siquiera el sunday bloody sunday consigue arrebatarme de mi mutismo. Soy un autista de 35 años que mañana vuelve a ejercer de chico para todo de lujo soportando gilipollas con una sonrisa y con ese uniforme tan hortera que me hacen llevar. El teléfono me saca de mis ensoñaciones. Le quito volumen a la minicadena, carraspeo, descuelgo y contesto. Una voz un tanto amargada me pregunta por Julia. Le digo que no la conozco pero que tiene un nombre interesante. Me manda a la mierda y cuelga. Espero que no grabe el número. Si no esta madrugada me cagaré en su puta madre y a él le parecerá interesante. Saco un Ginger-ale del frigo y lo bebo con sorbos de pobre. Es el último y, en una tarde como hoy, no bajaría a por otro aunque Wynona Ryder me lo sirviera en top-less. Dan las ocho en algún lugar. Bostezo. Fuera llueve al ritmo que marca Larry, y mientras tanto el último trago de Ginger-ale resbala por mi garganta. Y yo, con la mejilla aplastada contra el cristal, mis gayumbos paqueteros adornados con letritas y mi cerebro dando vueltas como una lavadora, me dirijo haciá el corazón de otro invierno sucio y atrayente.

6 feb 2011

NO SÉ..DOMINGOS... ALGO

Me despierto a su lado y pienso en las cosas malas que hemos hecho y en las que nos quedan por hacer. Pongo a Sade en el equipo de música y observo como se despierta. Contemplo los restos del caos del viernes aún en casa: el gintonic caliente sobre la mesa, los vasos de cubata con restos de líquido,las botellas vacías, el incienso quemado, y las colillas en las tazas. Todo perfecto, todo preparado para ser recordado. Sé que esta sensación no durará mucho pero no me importa demasiado. Me duele la cabeza y sonrío al asomarme al espejo del baño.
Es importante recordar estas cosas, me digo. No debo olvidarme nunca de estas mañanas, ni de la garganta áspera, ni de la cocina revuelta, ni de la ropa en el pasillo, ni del desastre de este apartamento tras dar una fiesta. Tengo que intentar recordar siempre cosas como ese gesto que ella hace cuando no quiere abrir los ojos y sabe que la estoy mirando. Ojalá me queden muchas mañanas como esta. Aparece mientras me estoy duchando. En ese momento soy yo el que sé que me mira, y abro más el agua fria como a ella le gusta. Enjabóname mi niño.
Seguimos buscando la temperatura del agua. Ducharse con una chica siempre me ha parecido algo divertido. Con los pelos mojados le acaricio los pechos y le digo que podría escribir sobre esto. Ella sonríe y me dice que estupendo, que le parece bien. Creo que he ganado una lectora. “¿Entonces, cómo crees que debería titularlo?”. Ella responde “no sé…domingos…algo”.Le contesto que no tiene sentido pero tiene su gracia. Ella asiente divertida.
Los pelos todavía mojados y revueltos salen a la calle. El dominical del periódico desplegado sobre la barra del Toscano. Es tarde y no quedan croissants,así que optamos por tostada y napolitana y dos cafés con leche por favor. Mi cucharilla, como siempre, acaba en el suelo y uso la suya. Ella finge enfadarse, como una niña malcriada, me encanta y vuelvo a pensar que debo acordarme de todo esto.
38 horas juntos gracias a la decisión de una chica la noche anterior. Una chica que me miró a los ojos, valiente, decidida, arriesgada, convincente, sin red.
38 horas pegados, debajo de las sábanas, especulando divertidos con la posibilidad de que alguien invente una forma de despegarnos.
38 horas riendo, paseando, bebiendo, cantando y brindando, planeando viajes irrealizables, huyendo de la cruel rutina que nos aguarda con cada lunes, descubriéndonos a base de copas de ron, con cada canción, con cada bar,.
No sé si fue la mejor manera de pasar una noche de invierno. Pero fue la mejor que se nos ocurrió. La mejor que supimos. La que necesitábamos.

1 feb 2011

EL MILENARISMO HA LLEGADO

La verdad es que iba a hablar de chicas con el pelo corto y piercing que golpean de lo lindo, pero resulta que me he llevado la sorpresa de que esto ya lo han leido más de mil personas, y como uno es como es pues no tiene más remedio que quedarse un poquito perplejo. Así que he decidido que voy a intentar explicar un poco el (sin)sentido de todo esto. Supongo que lo de hacer un blog surge un día en el que uno se levanta con el ego más en forma que de costumbre y se harta de colaborar en cuitas ajenas y de ver sus palabras en lugares de otro y se decide a poner negro sobre blanco sus pequeñas tonterías cotidianas, ordena sus pensamientos cuidadosamente y los lanza al ciberespacio en un intento de parecer un tipo interesante y dejar alucinada a la gente con su sabiduría y su vida trepidante. Así que le aplicas unas gotitas de melancolía de la buena (cosecha del 99) en plan hetero sensible, y te haces un poco el listillo y ya. Listo para alardear en los bares con las chicas a las que quieres coser sonrisas y besos en la boca al grito de “te he contado que tengo un blog?” Imagino que tambien es un intento de subirme la autoestima a la altura de las nubes y de ser tan especial como los millones de tipos mongoloides que tienen un blog y lo llenan con las fascinantes historias que les suceden al mirarse al espejo. Así que ese día se busca un título idiota que demuestre a la gente que no se puede esperar demasiado de quien está detrás de semejante encabezamiento y con mis pobres conocimientos informáticos se empieza a aporrear tecla y a escribir los detalles que se me van cayendo por la vida. Una vida mediana, de un tipo mediano, en una ciudad mediana, con sueños medianos que se van deshaciendo como aguanieve, escribiendo en Times New Roman 12 e intentando no cagarla mucho con las faltas de ortografía. No doy para más, mi nivel de autohumillación es el que es.
El proceso de escribir esto no tiene, generalmente, nada de litúrgico ni de premeditado, tan solo el poner canciones al final de cada entrada. Una canción en castellano o en otro idioma, alternadas por meses a fin de que sean oidas mientras se lee la entrada y no decirle de momento a nadie cercano o que vea a diario la existencia del blog. La razón de no contárselo a mis amigos, ni a la gente del trabajo, ni a la familia, viene por que si ellos pudieran entrar aquí cuando quisieran y leer esto en cualquier momento me sentiría coartado, perdería libertad para insultar y ofender y ser yo mismo, así que mejor así, que yo no soy Ciorán. Cierto es que hay otra gente que conozco y me lee y supongo que entre los mil habrá muchos que no conozco ni me conocen, pero hasta ahora nadie que me interese me ha mandado un comentario del estilo “como me gusta lo que has escrito en el blog, eres tan majo que te follaría si te encuentro por la calle por que tu ingenio, unido a esa pose bohemia y tu sinceridad asombrosa, me dan unas ganas de firmarte el cuello con mis labios que ya me dirás ahora que hago yo con el imbecil de mi novio y sus polvos findesemaneros después de haberte leído so chulazo” que es lo que me gustaría y espero. Aunque, para ser sincero, me conformo con que, alguna lo haya pensado .
Y nada más, excepto deciros que en principio la idea es hacerlo durar hasta noviembre o hasta que me aburra, lo que pase primero, para que dentro un tiempo pueda releerlo a ver si puedo tener una visión un poquito más objetiva de mi mismo y de lo que me pasa. Esto es lo que hay: de cuando en vez emito mis chorradas en forma de palabras, mil personas me leen en 3 meses y al final esto, como (casi)todo, no sirve para(casi) nada.