20 jul 2011

APAGA Y VÁMONOS

La estación de bules de Zamora es sin duda el lugar de España con más especímenes raros por metro cuadrado, supera incluso a Mendez Alvaro. Siempre he pensado que la gente más rara se refugia en las hemerotecas de las bibliotecas públicas y en las estaciones de autobuses. Pero esta supera a todas en las que he estado.
En los tiempos que corren casi me parece más noble viajar en bus que en coche o en avión. Considero que es un exponente en un grado máximo de libertad. El gran bule, donde nadie te mira por encima del hombro, donde no te topas con grandes ejecutivos pendientes del cierre de la bolsa y leyendo esos aburridísimos periódicos de economía en color salmón (porqué los editarán en color salmón?,querrán acaso hacerles creer a los tipos que los leen que esa fue su cena de anoche? o solo es una cuestión de papel y letra diferente para diferenciarse del albañil que compra el Marca de aburrido color blanco pálido y del vulgar generalista de izquierdas que llevamos otros?).
Aquí todos somos iguales y hoy vamos a ir a León todos juntitos tras un transbordo absurdo, y a al igual que en los días de fiesta nos quitamos las máscaras y los rencores agradeciendo al autobús la mezcla entre unos y otros; el estudiante que regresa, la pueblerina que vuelve del médico, los amigos que viajan, el funcionario en Salamanca que se escapa...

11 jul 2011

DELIRANTES, DILETANTES... DESEOS

No confio demasiado en determinado tipo de relaciones. Quedo con ella y me pone al día de su vida, tambien me cuenta que ultimamente se está zumbando a un tipo por una cuestión de inercias, aburrimientos, soledades y necesidades y que la cosa no está del todo mal, pero que le aburre un montón. Que no le motiva demasiado. Puestos a sincerarse, me cuenta también lo de la otra noche: Después de cenar, los dos en la cama. Ella deseando el polvo del siglo y él que no se entera de la cosa y decide obsequiar a su socia de edredón con una sesión de cine, ni más ni menos que una peli de Godard. Tocate los huevos Maripuri!
Cuanta ingenuidad. Aunque pensándolo bien, la de veces que me he visto en una situación semejante por falta de comunicación y de picardía. Animalito. Visualicemos la situación: una mujer mediterránea y exuberante en tu cama, una hembra italiana de cine como dios manda suspirando que te abalances sobre ella y la hagas sudar a lo bestia. Que te la comas sin tanto por favor ni remilgo ni mireusté y… nada, que no hay forma.
Me imagino al tipo. “Ahora te voy a dar una sesión de cine de muchos quilates, de genuino intelectualismo urbano. Ahora vas a saber lo que es la construcción de personajes y la sutilidad de la condición humana”. Humor del bueno, ya te digo. Y ella que nada, que lo único que quiere que le enseñen es la resistencia de los muelles del colchón.
A veces me resulta sorprendente que los hombres y mujeres nos sigamos liando. Si en el fondo casi nunca nos entendemos del todo.
Pero seguimos hablando y surge la gran pregunta: que si yo, en fin, que si yo, bueno, pues eso, que si yo había sentido en algún momento algo hacia ella, algo diferente de esa relación de amistad que nos une. Es decir, que si me había gustado en algún punto de estos años o por lo menos albergado la intención de acostarme con ella. La respuesta fue no (y cuando digo no es no) y eso que reconocí que hace bastante tiempo, después de un cumpleaños y con algunas copas de más en la cabeza, sí que se me pasó por la cabeza subirla a casa y pasar la noche calentito entre sus pechos. Ella me reconoció que de follar nada de nada, que no la pongo demasiado, aunque sin embargo, después de acostarse con el tipo este últimamente suele pensar en mí y en mi sentido del humor. Ahí está el problema, me digo. Si bien casi ninguna de mis amantes me recordarán como el mejor de los polvos, me juego 2 mañanas a que muchas me meten en el topten de las conversaciones postcoitales, lo cual viniendo de alguien como yo capaz de decir “te juro que es la primera vez que me pasa” en 5 idiomas, pues no está mal….

1 jul 2011

CONJUGA EL PRESENTE SIMPLE

Si, lo sé, tengo todavía demasiada carga de insensatez. Pero al fin y al cabo lo he elegido. Y es que sospecho que solamente cuando mi cuerpo deje de estar caliente, cuando lo introduzcan en una bolsa de plástico y el aire esté igual de seco dentro que fuera, entonces dejaré de tensar y destensar mis preocupaciones. Tampoco puede ser muy difícil, solo tengo que mirar a mi alrededor y ver las múltiples formas que tiene la gente de rellenar la vida, de relajar la mente como la mejor de las drogas. El truco está en intentar pensar en una vida en la que no existen los sentimientos sino unos sustitutos que curiosamente se llaman igual pero que son desechables. Intentar pensar en una vida en la que nadie se interesa por ti ni por tu alegría sino por tu status y las posesiones que has almacenado. Intentar pensar en una vida en la que todo lo que quieres esté siendo destruido mientras no haces nada por evitarlo. Intentar pensar en una vida en la que anheles por encima de todo que algo salga bien… pero casi nunca sale. Puede ser que si me tocara esa vida intentase no mirarla a los ojos. Elegiría una buena oposición por promoción interna y me pondría a estudiarla como un enajenado. No volvería a trabajar de tarde, madrugaría todos los días y de camino al autobús procuraría no pensar en otra cosa que en el partido del sábado. Que pedazo de gol!.
Elegiría un par de cosas absurdas como un coche y una casa muy grandes a los que dirigir todas mis esperanzas. Encontraría a alguien con quien compartir todo eso, no sería difícil, las almas gemelas abundan. Me acostumbraría al sabor de lo monótono.
Con un pelín de suerte me muero estando ya muerto y me ahorro un sufrimiento.