5 jun 2011

ENTRE EGOS ANDA EL JUEGO

Hoy Madrid ha tenido algo de dolor y algo de ron. Las noches empiezan a ser cálidas e intentan seducirnos con su indiferencia de gatas. También hay su poquito de humo cuando los párpados pretenden cerrarse.
Ahora, los dos tendidos en su cama. con los receptores de sonido e imagen casi apagados. La tenue luz de un radio despertador brillando. La abrazo por la espalda. Me gusta esta sensación de su cuerpo cálido e inerte junto al mío. Me gusta acariciarla muy suave, casi sin contacto, saboreando como reacciona esa piel orgullosa de sus cicatrices. Parece como si estuviese en algún tipo de trance hipnótico. Y mi mente deambula siguiendo el misterioso mapa que mis manos dibujan a lo largo de su espalda. En algún punto hemos acordado dejar que sean acontecimientos los que dicten el camino a seguir. Me ha dicho que ultimamente le gusta dejar fluir las cosas. Me parece guay, de hecho mi vida consiste en eso, una eterna búsqueda de nada en particular, de alguien en concreto. Dejándome llevar. Siguiendo las pistas que el azar o la casualidad (en el destino no creo) van poniéndome frente a mis morros. Probablemente esto acabe generando problemas muy jodidos de resolver. Desde que la he conocido, pienso que es una especie de elegida. Lo que no tengo demasiado claro es para qué.
El caso es que Madrid parece a punto de irse a la mierda: los índices disparados de contaminación, la victoria de los fachas en las elecciones (maldito cretinismo colectivo español), y el mundo no le va a la zaga: revoluciones árabes en el Medio-Oriente, los yanquis haciendo el subnormal, el típico mongolismo centroeuropeo y entre todo ese percal, nuestros biorritmos coincidiendo en una noche borracha sin saber por qué ni para qué. Hemos pasado horas intentando desentrañar el misterio. Devanándonos los sesos en busca de conexiones y respuestas. Todo está conectado, ya sabes. Este bestial anticiclón en plena feria del libro.
Luego nos fuimos a beber a otro lugar y la cosa se complicó. En fin.
Lo que parecía claro es que estábamos obligados a hacer algo con los materiales que teníamos a mano, y daba la casualidad que sólo había ron, tabaco y nuestros dos cuerpos. Lógicamente tuvimos que acabar follando..
Sus ojos son tan grises como mi ánimo en esta noche de primavera. Estar cerca de ella es de lo más parecido a ser alguien con suerte y me gusta. Siempre he sentido afinidad por la gente pesimista, por la gente que conoce y sabe valorar la cortante realidad de esta mierda de mundo. Trabaja en no sé qué relacionado con no sé qué. Le gustan las películas francesas en versión original y tiene debilidad por la música en castellano con sobreabundancia de voces masculinas no exentas de tragedia. Y es que sospecho que es un pelín trágica. Supongo que de algún modo yo también lo soy aunque mi tragedia es más… digamos pletórica. Siempre me han gustado las cosas a lo grande, incluso las pequeñas cosas. Siempre me lo tomo todo a la tremenda, y así me va..
Supongo que somos amigos, o algo así.
Al final termino durmiéndome sin remordimientos ni culpa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario