26 may 2011

TELEFONOS Y DESASTRES

Igual debería contar que he logrado meter un año en una semana a base de apretar, que por primera vez la jornada de reflexión fue para los políticos, no para nosotros. Pero casi nunca hago las cosas que debo.
He colgado el movil hace poquito y me he encendido otro cigarrillo a pesar de las protestas de mis pulmones. 8 minutos y 47 segundos dice el teléfono que ha durado la llamada, sospecho que la última. Me entretengo mirando el listado de últimas llamadas entrantes, junto a su nombre, su teléfono y la hora de inicio de la llamada.
El dato que estos móviles modernos no muestran es cuánto dura lo que viene lo que viene ahora. Cuántos minutos y cuantos segundos durará este momento, esta sensación. Alguien me dijo alguna vez que se tarda en olvidar un tercio de lo que duró la relación.Espero que no tenga razon porque si no me esperan varios años de pensar en ella cada vez que escuche a Frank Zappa, a Nick Cave, a the Cure, varios años en olvidar su bebida favorita, varios años de mirar su portal insistentemente cuando paso por él. Igual borrar sus mensajes ayuda a pegar lo que se ha roto por dentro.
Pues nada, lo que toca ahora es asumirlo. Pensar que la semana que viene me iré de Salamanca por unos días, y que a mi regreso, llamaré a esta gente y volveré a mi refugio, a las barras de los bares. Aceptando que seguramente a lo único a lo que puedo aspirar es a sincerarme después de la quinta copa y a burlarme del mundo con mis amigos. Y sí, volveremos a reír, y a beber demasiado, y a trasnochar y contar las monedas antes de pagar. Y volveremos a soñar con que nos pasan cosas bonitas y a sentirnos viudos si no nos presentan a la chica de los piercings y a engatusar a las camareras majas, y a suponer que la gente es tan idiota como nos de la gana de que sean. Volveremos a contar cosas, y a fracasar y a triunfar y a cantar canciones que nos vengan a la memoria. Volveremos a engañar al futuro pretendiendo haber superado el pasado.
Y seguramente tarde o temprano volveré a tener la sensación de que no debería publicar esto. Imagino que tendrá consecuencias supongo, pero la vida sin ellas me aburre. Igual que me aburre no decir lo que opino y archivar estas líneas como hacía antes en cualquier nuevo documento o en algún viejo papel que olvidaré al poco tiempo.
Y seguramente el sábado volveré a mirar a la reproducción de la Venus en el espejo en ese bar y a sonreír, consciente de que treinta euros y unas canciones nos hicieron felices una noche.

3 comentarios:

  1. y yo he comido brocoli, no te jode!

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  2. y yo hoy he comido brocoli, no te jode!

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  3. Gracias por tu sonrojante comentario, pero afina tu discurso un pelín más. Cómo verás nunca he censurado un comentario que me haga sangre así que no me obligues a hacerlo por descerebramiento reiterado.

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